El postre
Sabía que te enojarías, aun no estas insertado en la vida civil, no puede ser que no sepas vivir en comunidad, te portaste como un hipócrita, rudo y testarudo.Despreciaste mi comida que preparé con tanto cariño y entusiasmo, pero aunque no quería decírtelo, lo haré, el ejército carcome tu mente, no sé que problemas tengas, contigo o conmigo, o con Hipólito.
No es que que desprecie tu comida, simplemente no me gusto, sin sabor, frío y asquerosa, sin vino tinto, es mejor no comer nada.El ejército fue una parte turbulenta y despreciable, pero a la vez, disciplinaria y formadora en mi vida.
No discutan muchachos, es momento de agasajo, de divertirnos, no para sacar trapitos al sol, no se que paso entre ustedes, quizá haya un resquemor pasado, pero ni me entere que ha sucedido jeje, ¿para que se enerven de esta manera?
Hipólito por favor, el plato de entrada ni lo toco, y eso que come ensalada el joven, el plato principal lo vomitó en el baño y el postre, solo la mitad.Un delicioso flan con canela.
¡Estimados, hip, ya fue, ya basta!.
Esta discusión me pone nervioso, hip, ahí está el maldito hipo jej.
Yo me voy señores, esto no se aguanta, tu con tu putrefacta cena y tu con tus dotes de intelectual salvamundos. Este sitio es abominable, hay dios.
...
Ya ves Hipólito, esta mesa es un desastre, un desorden atroz.
No te preocupes hip, si me invitas de nuevo, yo vengo jej-dijo hipando de alegría.
El próximo año, tal vez
Ejercicio 2 persona del singular. Microrelato.
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