#EscritoresEspañoles
La Aurora de azahares coronada, Sus lágrimas partió con vuestra bo… Ni de las peregrinaciones rota, Ni de sus conductores esquilmada. De sus risueños ojos desatada,
Señores Corteggiantes, ¿quién sus… De cudicioso gasta o lisonjero Con todos estos príncipes de acero Que me han desempedrado las encías… Nunca yo tope con Sus Señorías,
Consagróse el seráfico Mendoza, Gran dueño mío, y con invidia deja Al bordón flaco, a la capilla viej… Báculo tan galán, mitra tan moza. Pastor que una Granada es vuestra…
La desgracia del forzado, Y del corsario la industria, La distancia del lugar Y el favor de la Fortuna, Que por las bocas del viento
Señora doña puente segoviana, cuyos ojos están llorando arena, si es por el río, muy enhorabuena, aunque estáis para viuda muy galan… De estangurria murió. No hay cast…
Camina mi pensión con pies de plom… El mío, como dicen, en la huesa; A ojos yo cerrados, tenue o gruesa… Por dar más luz al mediodía la tom… Merced de la tijera a punta o lomo
Sobre dos urnas de cristal labrada… De vidrio en pedestales sostenidas… Llorando está dos ninfas ya sin vi… El Betis en sus húmidas moradas, Tanto por su hermosura dél amadas,
Hojas de inciertos chopos el nevad… Cabello, oirá el Genil tu dulce a… Sin invidiar al Dauro en poca are… Mucho oro de sus piedras mal limad… Y del leño vocal solicitado,
Oh piadosa pared, merecedora De que el tiempo os reserve de sus… Pues sois tela do justan mis engañ… Con el fiero desdén de mi señora, Cubra esas nobles faltas desde aho…
Restituye a tu mundo horror divino… Amiga Soledad, el pie sagrado, Que captiva lisonja es del poblado En hierros breves pájaro ladino. Prudente cónsul, de las selvas din…
Alta esperanza, gloria del estado, No sólo de Ayamonte mas de España… Si quien me da su lira no me engañ… A más os tiene el cielo destinado. De vuestra Fama oirá el clarín do…
Mientras Corinto, en lágrimas des… La sangre de su pecho vierte en va… Vende Lice a un decrépito indïano Por cient escudos la mitad del lec… ¿Quién, pues, se maravilla deste h…
El Conde mi señor se va a Napoles… Con el gran Duque. Príncipes, a… De acémilas de haya no me fío, Fanales sean sus ojos o faroles. Los más carirredondos girasoles
Oh marinero, tú que, cortesano, Al Palacio le fías tus entenas, Al Palacio Real, que de Sirenas Es un segundo mar napolitano, Los remos deja, y una y otra mano
La vidrïera mejor en sus brazos de cristal entra al Sol hoy celestial en la capilla mayor; a cuyo resplandor,