Nocturnos
#EscritoresArgentinos
Si hubiera sospechado lo que se oye después de muerto, no me suicido. Apenas se desvanece la musiquita que nos echó a perder los últimos momentos y cerramos los ojos para dormir la ete...
Hay que ingerir distancia, lanudos nubarrones, secas parvas de siesta, arena sin historia, llanura,
La noche, navegando como ayer, como siempre, por aguas de silencio, de calma,
Todos los intermedios pudresienes… cuando no neutros lapsus micropulp… pueden antes que cóncavos ausentes… ser otros flujos ácidos del diurno… otros sorbos de páramo
Son los trasfondos otros de la in… que es la noche al entreabrir los… las mitoformas otras aliardidas presencias semimorfas sotopausas sosoplos
A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración. Mientras aquéllos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre un...
Es la baba. Su baba. La efervescente baba. La baba hedionda, cáustica;
Lo palpable lo mórbido el conco fondo ardido los tanturbi… las tensas sondas hondas los reflu… y sus pistilos núbiles contráctile… y sus anexos nidos
Nada ansío de nada, mientras dura el instante de etern… cuando no quiero nada.
La luna, como la esfera luminosa del reloj de un edificio público. ¡Faroles enfermos de ictericia! ¡Faroles con gorras de “apache”, que fuman un cigarrillo en las esquinas! ¡Canto hum...
La gente dice: Polvo, Sideral, Funerario, y se queda tranquila,
Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas. Que te crezca, en cada uno de los...
Las notas del pistón describen trayectorias de cohete, vacilan en el aire, se apagan antes de darse contra el suelo. Salen unos ojos pantanosos, con mal olor, unos dientes podridos por...
Las mujeres vampiro son menos peligrosas que las mujeres con un sexo prehensil. Desde hace siglos, se conocen diversos medios para protegernos contra las primeras. Se sabe, por ejempl...
Los surtidores pulverizan una lasitud que apenas nos deja meditar con los poros, el cerebelo y la na… ¡Estanques de absintio