Costas rompientes del entonces resacas subvivencias que arenan el ahora calas

¡Terrazas! Góndolas con ritmos de cadera. Fachadas que reintegran tapices persas en el agua. Remos que no terminan nunca de llorar. El silencio hace gárgaras en los umbrales, arpegia u...

Lo palpable lo mórbido el conco fondo ardido los tanturbi… las tensas sondas hondas los reflu… y sus pistilos núbiles contráctile… y sus anexos nidos

La lluvia, con frecuencia, penetra por mis poros, ablanda mis tendones, traspasa mis arterias,

Blanca de blanca asfixia y exangüe blanca vida, a quien el blanco helado nevó la blanca mano de blanca aparecida,

Si el engaste el subsobo los trueques toques topos las malacras el desove

Mito mito mío acorde de luna sin piyamas aunque me hundas tus psíquicas esp… mujer pescada poco antes de la mue…

Douarnenez, en un golpe de cubilete, empantana entre sus casas corrió dados, un pedazo de mar,

Un zumbido de moscas anestesia la… El sol unta con fósforo el frente… y en el cauce reseco de las calles… deambula un blanco espectro vestid… Penden de los balcones racimos de…

me asomo a los ladridos. ¿Qué hace este árbol despierto? Las sombras no se apartan, se aprietan a sus cuerpos. No me agrada esta calma,

Allí están, allí estaban las trashumantes nubes, la fácil desnudez del arroyo, la voz de la madera,

Egofluido éter vago ecocida ergonada en el plespacio

No estoy. No la conozco. No quiero conocerla. Me repugna lo hueco, la afición al misterio,

Abandoné las sombras, las espesas paredes, los ruidos familiares, la amistad de los libros, el tabaco, las plumas,

Cuerpos que se reintegran. Cabezas flotantes de caucho. Al tornearles los cuerpos a las bañistas, las olas alargan sus virutas sobre el aserrín de la playa. La sombra de los toldos. L...