#EscritoresMexicanos
Pero me romperé. Me he de romper,… En la que ya no caben los candente… Y lo que fui de oculto y leal sald… Subirán por la tarde purpúrea de e… O bajarán al ínfimo ataúd de ese o…
Encadenado al cielo, en paz y orde… Mutilado de todo lo imperfecto, En esta soledad desmemoriada ¿paisaje horizontal de arena o hie… Nada se mueve y ya nada se muere
El pañuelo de espumas Del rompeolas me lloraba, ¡adiós!, Y en la noche aquel grito —aquella… ¡Ven! Y mi corazón que era sólo Un temblor que cantaba, en medio,
La ilusión serpentina del principi… Me tentaba a morderte fruto vano En mi tortura de aprendiz de magia… Luego, te fuiste por mis siete via… Con una voz distinta en cada puert…
Y saber luego que eres tú Barca de brisa contra mis peñascos… Y saber luego que eres tú Viento de hielo sobre mis trigales… Frágil contra la altura de mi fren…
¿Nada de amor —¡de nada!—para mí? Yo buscaba la frase con relieve, l… Hecha carne de alma, luz tangible, Y un rayo del sol último, en tanto… El confuso piar de mis polluelos.
Tu tronco de misterio es lo que me… Mis ojos solos no podían ya evitar… Me enredo en sus raíces de lectura… Me agosto en su hojarasca de frust… Pero tu tronco sobrevive a mis inv…
Apuntamos aquel cielo Que se nos desplomaba, verdinegro. Los que pasaban a lo lejos eran ¿Sombras chinescas En la pantalla del crepúsculo?
Tierra que la guarda ahora —Montoncito de tierra Y un poco de savia en los árboles—… Ramas sin marzo, sin viento, Metálicas, más de luna
Ya no va a dolerme el mar, Porque conocí la fuente. ¡Qué dura herida la de su frescura Sobre la brasa de mi frente! Como a la mano hecha a los espinos
Primero amaneció para mis ojos. Que yo estaba caído En la cisterna de tu sueño, Y sin saber voltearme el corazón Y alzarme de puntillas en su vérti…
Preso mejor. Tal vez así recuerde Otra iglesia, la catedral de Taxc… Y sus piedras que cambian de forma… Las calles ebrias tambaleándose po… Y no lo sé, pero es posible que ll…
La isla está rodeada por un mar te… Que algunos llaman piel. Pero es… Es un mar que prolonga su blancura… Como el halo de las tehuanas y los… Es un mar que está siempre
Las palabras más ricas, Menguante aurirrosado de la luna, Se me van por el lago, verticales, En una temblorosa exaltación, A colgarse de ti.
Es ya el cielo. O la noche. O el… Con la voz de mis ríos aún temblan… Sus mármoles yacentes hechos carne… Y el hombre de la luna con la foca… Y vicios de mejillas pintadas en l…