Por sorpresa me pillaste,
y en Octubre me casaste.
En Abril, la felicidad me diste.
Y en la primavera llegó Arali,
la que de tu vientre vino,
hija que fue de Teocali.
Son siete los meses que cuentan
de la una a la otra data.
Sietemesina pues la hacen.
Eso dicen las insensatas,
pero la verdad solo nace
cuando cuentas las erratas:
Son dos los meses que faltan
desde aquel fogoso Agosto
de nuestras llamas.