Antes que él eche a andar, está qu… el viento Norte, hay una luz enfer… el camino blanquea en brazo muerto y, sin gracia de amor, pesa la tie… Y cuando viene, lo sé por el aire

Vuela un olor delicado y tímido y placentero, delgado como la brisa, íntimo como el aliento. Lo había olvidado andando

El viento extranjero remece los costados de mi Casa. Puja en las puertas como el oso; salta en onza las terrazas y ya encontró y ya dobló

Oye, ¿qué gime o qué llora? Dime, dime, ¿qué le pasa? Corre adentro del trigal pero a trechos se descansa. Es más grandota que pájaro

Ciento veinte años tiene, ciento v… y está más arrugada que la Tierra. Tantas arrugas lleva que no lleva… sino alforzas y alforzas como la p… Tantas arrugas hace como la duna a…

Cristo del campo, “Cristo de Calv… vine a rogarte por mi carne enferm… pero al verte mis ojos van y viene… de tu cuerpo a mi cuerpo con vergü… Mi sangre aún es agua de regato;

Cajita mía de Olinalá, palo—rosa, jacarandá. Cuando la abro

A la cara de mi hijo que duerme, bajan arenas de las dunas, flor de la caña y la espuma que vuela

Resbalando los pastales y entrando por los viñedos que el Diablo trenza y destrenza desde la cepa al sarmiento, dan al animal y al indio

Señor, tú sabes cómo, con encendid… por los seres extraños mi palabra… Vengo ahora a pedirte por uno que… mi vaso de frescura, el panal de m… cal de mis huesos, dulce razón de…

Velloncito de mi carne, que en mi entraña yo tejí, velloncito friolento, ¡duérmete apegado a mí! La perdiz duerme en el trébol

Todavía, todavía esta queja doy al viento: los que siembran, los que riegan, los que hacen podas e injertos, los que cortan y cargan

Yo tengo en esa hoguera de ladrill… yo tengo al hombre mío prisionero. Por corredores de filos amargos y en esta luz sesgada de murciélag… tanteando como el buzo por la grut…

Duérmete, mi niño, duérmete sonriendo, que es la ronda de astros quien te va meciendo. Gozaste la luz