#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX
Por lo denso y lo sombrío de nuestra Madre la Selva, pasan, pasan y repasan como gnomos que la peinan, unos golpes de color,
Yo sueño con un vaso humilde y sim… que guarde tus cenizas cerca de mi… y la pared del vaso te será mi mej… y quedarán mi alma y tu alma apaci… No quiero espolvorearlas en vaso d…
Dormiremos esta noche sueño de celestes dejos sobre la tierra que fue mía, del indio y del ciervo, recordando y olvidando
En costa lejana y en mar de Pasión, dijimos adioses sin decir adiós. Y no fue verdad
Una noche como esta noche, se han de dormir viniendo el día: de Circe llena, ésa sería la noche de José Asunción, cuando a acabarse se tendía;
Amado Nervo, suave perfil, labio… Amado Nervo, estrofa y corazón en… mientras te escribo, tienes losa s… baja en la nieve tu mortaja inmens… y la tremenda albura cayó sobre tu…
Pecho, el de mi Cristo, más que los ocasos, más, ensangrentado: ¡desde que te he visto mi sangre he secado!
-«Jugamos nuestra vida y bien se nos perdió. Era robusta y ancha como montaña al sol; Y se parece al bosque
Como si nos saludasen desde lo alto la llegada a la extremosa región a la madre más lejana, viene por los aires altos
Cuando el tumulto se alejó, desapareció en la noche, los olivos hablaron: –Nosotros le vimos penetrar en el Huerto. —¡Todos le miramos, con una sola y estremecida mirada! —Cuando habló ...
Anda libre en el surco, bate el al… late vivo en el sol y se prende al… No te vale olvidarlo como al mal p… ¡le tendrás que escuchar! Habla lengua de bronce y habla len…
Llévame, mar, sobre ti, dulcemente… porque voy dolorida. ¡Ay! barco, no te tiemblen los cos… que llevas a una herida. Buscando voy en tu oleaje vivo
Esta alma de mujer, viril y delica… dulce en la gravedad, severa en el… es una encina espléndida de sombra… por cuyos brazos rudos trepara un… Pasta de nardos suaves, pasta de r…
Esta agua medrosa y triste, como un niño que padece, antes de tocar la tierra desfallece. Quieto el árbol, quieto el viento,
Por si nunca más yo vuelvo de la santa mar amarga y no alcanza polvo tuyo a la puesta de mi casa, en el mar de los regresos,