#EscritoresChilenos (1924) La Ternura desvariadora
Volcán de Osorno, David que te hondeas a ti mismo, mayoral en llanada verde, mayoral ancho de tu gentío. Salto que ya va a saltar
Se va de ti mi cuerpo gota a gota. Se va mi cara en un óleo sordo; se van mis manos en azogue suelto; se van mis pies en dos tiempos de… ¡Se te va todo, se nos va todo!
En tierras blancas de sed partidas de abrasamiento, los Cristos llamados cactus vigilan desde lo eterno. Soledades, soledades,
Dejaron un pan en la mesa, mitad quemado, mitad blanco, pellizcado encima y abierto en unos migajones de ampo. Me parece nuevo o como no visto,
Este día ya no digas mas, que me la sigo viendo y se me van a quedar en los ojos veinte cerros. ¡Es la Patrona Blanca
Lolita Arriaga, de vejez divina, Luisa Michel sin humo y barricada… maestra parecida a pan y aceite que no saben su nombre y su hermos… pero que son los «gozos de la Tier…
Porque no tengo bosque sobre el pe… ni gracia de hojarasca en que dorm… yo me cuelo, furtiva como el Tlalo… por puertas vanas del aserradero. Son el ciprés y el pino-araucaria
«Tus cabellos ya son blancos también; miedo, la dura voz, la boca, «amén». Tarde se averiguó,
Cabellos suaves, cabellos que son toda la suavidad del mundo, ¿qué seda gozaría yo si no os tuviera sobre el regazo? Dulce por ella el día que pasa, dulce el sustento, sólo por unas hor...
Ella se me volvió una larga y sombría posada; se me hizo un país en que viví cinco o siete años, país amado a causa de la muerta, odioso a causa de la volteadura de mi alma en una larga...
Fina, la medianoche. Oigo los nudos del rosal: la savia empuja subiendo a la rosa… Oigo las rayas quemadas del tigre
Hay países que yo recuerdo como recuerdo mis infancias. Son países de mar o río, de pastales, de vegas y aguas. Aldea mía sobre el Ródano,
Soy cual el surtidor abandonado que muerto sigue oyendo su rumor. En sus labios de piedra se ha qued… tal como en mis entrañas el fragor… Y creo que el destino no ha venido
Ésta que era una niña de cera; pero no era una niña de cera, era una gavilla parada en la era. Pero no era una gavilla sino la flor tiesa de la maravilla…
Doña venenos habita a unos pasos de mi casa. Ella quiere disfrutar rutas, jardines y playas, y todo ya se lo dimos,