En mi cabeza habita una violinist… que con esmero teje sus telarañas, ahí atrapa mis pensamientos y a veces mis sentimientos, los digiere con lentitud,
Tus ojos son el laberinto donde pierdo mis sentidos, y aspirado por tu boca surco en tus entrañas como un trago de mar,
Perdí en el tiempo tus palabras y en la distancia tu fragancia, hoy las busco en mi memoria y en el eco abstracto de tu voz; en el estruendo del silencio
Buscaré lunares en tu piel y tus heridas besaré; de tu profunda humedad mi boca abrevará, y en el lienzo de tu torso
En lo profundo de tus ojos me descubro reflejado, atemporal, perdido y aturdido, y en cada parpadeo voy a volar hacia tu boca,
Día tras día la misma mo_no_to_nía, la radio encendida en casas desiertas, la mirada perdida
¿A que me sabe el dolor? sabe a espuma de mar y a vino tinto y ajenjo, sabe a humo crujiente y a besos incandescentes,
Ésa necesidad de buscarte en otra… y en otros labios, en el respirar de muros descalabra… y lechos desvencijados, en la soledad que viaja conmigo
Veinte días y veinte horas, veinte dedos en pies y manos, veinte arillos
Rutilan las noches en mi ciudad bajo el cielo oscuro y seductor, por mi ventana observo ese parpadeo incesante que palpita en mil historias
Vivir en cámara lenta, cuadro por cuadro, soñar que dormimos y dormir sin soñar, transitar por tu piel...
Invento palabras sacadas del limbo, adjetivos que definan mi alma invisible, (resultan impronunciables)
La soledad La soledad es esa mancha extraña en la pared, la que pintas y repintas y vuelve a aparecer,
Añoro tus besos verdes y ardientes, la flor de tu sexo inflamada y sedienta, de impúdicos pétalos,
En el silencio atmosférico de tu boca, escucho el murmullo de nuestros besos, que lentamente florecen