#Españoles
Solitario campo. Me encuentro conmigo. Soy mi descampado. Solitario cielo. Me encuentro conmigo.
Resbalando por esta sima umbrosa, yendo sin freno el pie tras la mir… la mano tanteando en piedra helada… y presa la mirada en lumbre hermos… por esta sima voy. ¿Qué luz undosa
¿Quién ha escrito en tu frente esa… frases tan misteriosas, tan oscura… Fronteras para el nácar, nervadura… de ónice en unos cielos aurorales. ¿Qué dicen, qué dirán esas geniale…
Así, prendido de la espesa rama como a nuevo Absalón me viste atad… Oh espesa rama que me tiene alzado a un viento vivo que ternuras bram… Oh viento! ¡Oh toro! ¡Oh llanto!…
¿Qué importa cuanto no es azul o r… pequeño violeta o rojo suave? ¡Ay, lo que pasará, tal vuelo de a… conmueve la mirada más ansiosa; lo que no volverá!... Tan nimia co…
María, a nuestro lado, ¿qué rugía? Luz de octubre encendía la mañana. Mas luz de primavera en ti dormía, y luz en mí, de primavera humana. El Parque del Oeste en guerra ard…
El soneto es tan ágil como un brin… nadadora de noches perfumadas; aquí, tu voz, tu risa, tus miradas… esta rama de amor tejen espesa. Desde el pálido gris a la frambues…
Esa nube fue y se fue. ¡Qué limpio ha dejado el aire la pureza de ese ser que existió para negarse!
1. Tiempo-caricia El dolor de una piedra aún más hondo que un sueño quejido de unos siglos
No las oyes aunque corren... (¿Llevan envueltos sus pies en flores?) No las oyes
Te adoro nube porque eres símbolo mío en la tarde, púrpura que acaba en nieve, nieve que acaba en el aire... ¡nada entre tanto combate!
El soneto es tan ágil como un brin… brinco de corazón o catarata despeñada en un tiempo que delata el deseo del curso hacia un ahínco de no ser y de estar. En él afinco…
Has de quedar, así, dominadora del tiempo y muy presente, aunque… yo te digo, mujer, que no se pierd… si fue de hermoso amor, ninguna au… Como ahora has de quedar; no en ot…
Cicatriz de los hálitos; censura como trémulo párpado; un rocío del insomnio esculpido, tu cintura de diminutas flores albedrío. Es, tu cintura, tálamo de un río
El pañuelo; te hallabas en un fond… donde el trajín y un ruido de biel… y corales, delfines, algas y azucenas, acacias, te incorporaban… No, adiós no le decías