En estos momentos hay tantas otras cosas que me gustaría decir. Siempre estoy hablando, sí, pero no comunicándome. Es más fácil hablar de miedos que de ilusiones. No sé realmente si la solución es carecer absolutamente de toda ilusión, carecer de aquella fracción de positividad que finalmente pueda envenenarme ¿puedo vivir con la ilusión y la perdida? Todas opciones del millar de situaciones que acontecen día a día, de cada decisión, en la sombra de cada duda. A veces creo que no puedo conmigo misma, y sé que esa creencia nace del vientre de la culpa, culpa por dudar de todo y de todos. Posiblemente estoy metiendo los dedos muy profundos en mi cráneo todo el tiempo.  Es posible también que esté siendo arrastrada por la oscuridad en la que me reflejo, y en serio, sin ánimos de ser fatalista, soy un ser mortal, contemplativo, pero muy muy vano. Estoy cansada todo el tiempo del ruido de mi mente, como si solo se tratase de cambiar de estrategia, de limpiar profundamente un espacio para poder habitar en el... como si se fuese a pasar. Hay momentos en los que no soporto la interacción, el roce del cuerpo de otras personas en el mío, de su puerilidad ¿Es esto depresión? ¿Es esto cinismo? ¿Es rabia? Creo que el buscar una respuesta me agota más que el vivir tal desagrado.

Toda la felicidad de encontrar un lugar al cual llamar hogar, y resulta ser una persona, una persona que tiene un hogar en sí misma. Está bien, es real, es la opción. La ilusión otra vez, en esta ocasión en forma de pertenencia... esto no me pertenece. El futuro de esto no me pertenece, no tengo la forma de influir en el desenlace. Me muevo porque estoy impelida a seguir desplazándome, pero mis pies no se dirigen a ningún lugar. La mayor parte del tiempo siento que mi vida es totalmente ordinaria, que si quisiese convertirme en sombra, solo eso, una mancha en las fotografías, podría fundirme con las cosas hasta no distinguirme más de ellas. Pero para ser una sombra debo enfrentarme a la luz de todas formas. Tengo la necesidad de desaparecer de mí, tengo la poderosa necesidad de que sea luego.