I.
El amor llega sin pedir permiso,
pero siempre pide algo a cambio:
tu alma,
o tu memoria.
II.
El deseo es un fuego
que nunca se apaga,
solo cambia de forma
para no ser descubierto.
III.
Los dioses nos dieron amor
para que supiéramos lo que es el dolor,
y deseo
para recordarnos que nunca basta.
IV.
Cuando el deseo te llama,
no preguntes su nombre.
Sólo sigue el eco,
que es lo único que queda.
V.
El amor es un reino
donde todos son reyes
hasta que la corona pesa
demasiado.
VI.
El amor es el camino
y el deseo la sed
que te hace caminar
sin importarte adónde llegues.
VII.
El oráculo dijo:
“El amor te encontrará,
pero el deseo será quien te arrastre.”
VIII.
En los sueños, el deseo no muere,
pero cambia de forma:
hace que ames lo que no debes,
y desees lo que no puedes.