Piedra y cuchillo,
el viento desgarra la noche
sobre impavidas murallas .
Las almenas callan,
pero aún resuenan los pasos
de guerreros sin sombra.
Cánticos lejanos,
voces de santos y mártires
perdidas en la escarcha.
El hielo cubre los campos,
y en cada piedra dormida
se esconde un juramento.
Ávila, austera y eterna,
silencio de siglos,
soledad, granito y cielo.