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Flor Loynaz

A la bobina: mi Fiat de 1930

Muéstrate indiferente o refractaria
al elogio que tienes bien ganado:
pues que sin duda aquel que te ha elogiado
desconoce tu alma extraordinaria.
 
Alma que de manera involuntaria
a la par que tu hierro se ha forjado:
el alma de un titán encadenado
grande y sumisa está en tu maquinaria.
 
Temo que te rebeles algún día
cansada de mi frágil tiranía.
En tanto vas veloz cuando yo quiero
 
sin que nadie jamás ose alcanzarte.
¡Y yo con los demás soy a envidiarte
pues te envidio el corazón de acero!

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