He visto emerger demonios de oscuros bosques y lechos. He visto renacer de la oscuridad lagos de fuego. He visto a los hombres
Que gran locura esa la mía, la de querer ser todos y no ser ninguno. Que gran locura esa la mía, la de creerme rey
Recorre el cielo oscuro la noche más larga las estrellas al noroeste no las vuelvo a ver. La luna, detrás de la montaña
Sufro porque te amo sufro a ratos: cortos largos... El amor lo sufro
Me he cegado, me he cegado a mí mismo para ver la verdad tal cual es: oscura.
Y ahora me besas, el río me toca, cae desde mi cuello, es tu boca. Tu cabello se enreda,
Mascara de la noche, velo secreto que oculta mi rostro. Inocente, inasible e inocuo. ¡Oh!, déjame ver tu esplendor. Libera en mi el deseo y la impacie…
Quisiera escribirte el poema más bello del mundo. Pero no puedo. No puedo
¿Dónde estás? No estás en el local de vestidos d… frente a la plaza comercial No estas en el rostro de la gente No te encuentro en los desayunos
Nublada noche se cobija la luna vendrá mañana
Siempre habrá más poesía que poeta… y menos poemas que poesía; porque la poesía cae del cielo y brota de la tierra.
He nacido no del viento del suelo comprendo tu dolor porque yo soy dolor por dentro. La flor que se ha marchitado
Se paciente mantén la calma haz que tu esfuerzo valga la pena. Valdrá la pena. No estas en otro sitio sino aquí
Como en un sueño tan lívido y tan liviano, viajaba sobre las alas de un águila ahora extinta, y mientras el vuelo
No he sido ya de ningún sitio, ni pertenezco más a esta esfinge. Cuadros que decoran mi cuarto. ¿Los huéspedes se han ido? Y si regresasen, ¿Quiénes serían?