Fernando Yzásiga

Llegar

Todas las vidas existentes me han traído aquí.
En donde la oscuridad
se vuelve la única esperanza de descanso
y la familia
es una turbulencia leve y descompuesta.
¡Ahí, Ahí!
Me dicen unas voces mudas a nosotros
tratando de darme lugar
en un cuarto con asientos contados.
Sin brevedad en la complejidad del vuelo tan diminuto de una cucarachita,
sin brevedad en las mensajerías entre muertos y sus huesos.
Hay huecos,
los he visto,
donde cuando entras hay oscuridad,
eterna paz de por medio.
Las avecillas cantan en desentonación
coros cada domingo.
Plutón obligándome a devorar mis propias heces
como mi cena.
Los puntos suspensivos volviéndose más suspensivos, esto es vida.
Un siervo arrancándole los ojos a su amo
por unas monedas, será una mosca a la araña.
Las palabras de mi voz inentendibles siendo abusadas por bocas mudas de un animal.
Pasé tal vez enfrente de todas mis vidas.
Vidas iguales, en todas me lanzan vidrios.
¿Habrá más que esta ruin obra,
que llamamos dicha,
después de la hermosa saliva del tiempo, que yo ansío saborear?

Piaciuto o affrontato da...



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