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El magnífico sauce de la lluvia, caía. ¡Oh la luna redonda sobre las ramas blancas!
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
La mar no tiene naranjas. ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol. Me pondrá la cara verde,
Vestida con mantos negros piensa que el mundo es chiquito y el corazón es inmenso. Vestida con mantos negros. Piensa que el suspiro tierno
La luna gira en el cielo sobre las sierras sin agua mientras el verano siembra rumores de tigre y llama. Por encima de los techos
Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva
En la mañana verde, quería ser corazón. Corazón. Y en la tarde madura quería ser ruiseñor.
Campanas de Córdoba en la madrugada. Campanas de amanecer en Granada. Os sienten todas las muchachas
¿Cómo fue? —Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea
Blanca tortuga, luna dormida, ¡qué lentamente caminas! Cerrando un párpado
¡Ay, petenera gitana! ¡Yayay petenera! Tu entierro no tuvo niñas buenas. Niñas que le dan a Cristo muerto
Tú nunca entenderás lo que te quie… porque duermes en mí y estás dormi… Yo te oculto llorando, perseguido por una voz de penetrante acero. Norma que agita igual carne y luce…
En la noche del huerto, seis gitanas, vestidas de blanco bailan. En la noche del huerto,
En lo alto de aquel monte hay un arbolillo verde. Pastor que vas, pastor que vienes. Olivares soñolientos
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)