Verde rumor intacto.
La higuera me tiende sus brazos.
Como una pantera, su sombra,
acecha mi lírica sombra.
La luna cuenta los perros.
Se equivoca y empieza de nuevo.
Ayer, mañana. negro y verde,
rondas mi cerco de laureles.
¿Quién te querría como yo,
si me cambiaras el corazón?
... Y la higuera me grita y avanza
terrible y multiplicada.