, by Dinesh Jatav
Fan De Jorge Oñate

pasiflora

¡saudade ay saudade!

siempre fueron pasifloras en vez de lirios
y las últimas veces tienden a llegar temprano,
más esta vez siento que es irremediablemente tarde.

ya no hay loros de papel en mi pieza,
ni corazones mal pintados en mis manos
ni bolsas de té negro y frutos rojos
sin embargo aún me tatuaría esa primera flor de esa primera tarde

mi padre aún pregunta por ti,
no sé si Magda hará lo mismo.
últimamente he empezado a creer que más que un episodio en tu vida no alcancé a ser más que un comercial, intermisión o interludio.

aprendí y desaprendí tanto de ti como de mi desde agosto hasta noviembre.
y de este octubre aún recuerdo como me gritabas te quiero cuando salí corriendo de tu casa con la maleta que se me había quedado por distraído.

esa noche soñé que me quedaba en tu casa, y poco sabría yo que esa sería la última vez que la vería. el otro día tuve que pasar por fontanar y visité esa terraza donde tomamos té, fotos y memorias que ahora me duele recordar. entre esas fotos hallé una en la que me mirabas tal y como lo recuerdo. una disimulada sonrisa que arrugaba tus mejillas y achicaba tus brillantes ojos cafés y verdes que no sabían disimular lo que sentías por mí.

la primera tarde me dijiste “nos vamos a hacer tanto daño”,
más yo no entendía el porqué de tus palabras.
poco sabría que esta premonición se terminaría cumpliendo.
premoniciones, premoniciones, premoniciones
y todas y cada una de ellas se terminarían cumpliendo

para tí es algo más de lógica que de premoniciones, coincidencias, cuarzos e inciensos
para mí de pronto eran señales de que algo estábamos haciendo mal.
no sé si actualmente sigas usando mi cadena, mi anillo o mi moña morada,
no sé si sigas sola, hayas vuelto con sebastián o tal vez alguna otra persona ocupe mi lugar
solo espero que seas feliz y que algún rastro de mi haya quedado impregnado en ti

ahora bailo cuando como y no sé cómo pararlo;
preparo mis tés con esa mágica receta que me diste que hace un balance perfecto entre agua y leche;
de vez en cuando se me antoja un huevito hervido con sal de ruda y fuet o hasta hacer algún bicho raro de origami y ponerle de nombre estequiometría

me dijiste el día que me invitaste al cumpleaños de tu papá a comer fondue, cuando yo respondí de manera extraña que si no creería que yo fuera a durar hasta ese momento y en ese momento un miedo me estremeció completamente. un miedo de no volver a bailar campus; no volver a cocinar a tu lado, no ver crecer a queso, no leer nada más de tu libro. no volver a respirar tu aire o existir en tu piel.

y ya que más que los sueños los miedos se vuelven realidad; así fue.
¡saudade, ay saudade! me repito recordando aquello que perdí
ya no soy el susodicho
ya no hay un cepillo de dientes al lado del tuyo con mi nombre
ya no hay mordiscos en mis brazos
ya no hay, lirios, caléndula ni lavanda
pero hay una pasiflora brotando
o de pronto




Arriba