¡Oh, mi amada! ¿te acuerdas? Esa… tenía el cielo una sonrisa azul, vestía de esmeralda la campiña y más linda que el sol estabas tú. Llegamos a las márgenes de un lago…
¿Cuán feliz es el sol! En las mañ… por verte su carrera precipita, a tus balcones llega, y en cada al… penetra por la abierta celosía. Al blanco lecho en que reposas, su…
Qué me dicen tus dulces ojos negro… tan cargados de sombras, ¡oh, ador… que en la noche me basta su recuer… para llenar mi corazón de lágrimas… Qué me dicen tus dulces ojos negro…
Cuando esta frágil copa de mi vida… que de hermosuras rebosó el destin… en la revuelta bacanal del mundo ruede en pedazos, no lloréis, amig… Haced de un rincón del Cementerio…
Por la verde alameda, silenciosos, íbamos ella y yo; la luna tras los montes ascendía, en la fronda cantaba el ruiseñor. Y la dije... No sé lo que la dijo
Es su espíritu lámpara encendida en el callado altar del sacrificio… y son dos piedras de ese altar pro… el duro seno en que su fe se anida… Ni una vez tu pupila endurecida
Gloriosos argonautas que en el nue… desplegáis a los vientos un blanco… cuando en el lar nativo pregunten… cómo son en Quisqueya campos y cie… responded que los campos son monte…
Del cuello de la amada pende un C… joyel en oro de un buril genial, y parece este Cristo en su agonía dichoso de la vida al expirar. Tienen sus dulces ojos moribundos
Deslumbradora de hermosura y graci… en el atrio del templo apareció, y todos a su paso se inclinaron, menos yo. Como enjambre de alegres mariposas…