Nadie lleva las cuentas del miedo.
Nadie lleva las cuentas del júbilo.
El dolor duerme en la misma habitación de la alegría.
Mueres para resucitar y naces para morir.
Estamos todo el tiempo muriendo
para nacer todo el tiempo
en las orillas unánimes del relámpago.
Relámpago sus ojos.
Relámpago la aurora.
Relámpago la muerte.
Vives constelado de fósforo y sentido.
Hay música más allá de la música
y fuego más allá del fuego,
allí donde la rosa se desnuda
y un pájaro duerme entre tus manos.