Hugo Mayo, cuyo nombre real fue Miguel Augusto Egas Miranda, nació en Manta, Ecuador, en 1895. Desde pequeño sufrió la pérdida de su padre y creció en condiciones económicas modestas. Debido a las dificultades de su familia, fue principalmente autodidacta, educándose a través de la lectura. Desde muy joven trabajó en distintos oficios para mantenerse. Adoptó el seudónimo Hugo Mayo como homenaje a Victor Hugo y al mes de mayo, símbolo de renovación.
Durante su vida, Ecuador enfrentaba graves desigualdades económicas y cambios tras la Revolución Liberal de 1895. El acceso a la educación era limitado, y gran parte de la población vivía en pobreza. A nivel mundial, fue testigo de grandes eventos históricos como la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, hechos que influyeron en la visión crítica y moderna de su poesía. Su obra se enmarca dentro del vanguardismo, movimiento que rompió con las formas poéticas tradicionales.
En su poema “Amarte”, Hugo Mayo utiliza un verso libre, lleno de imágenes potentes y metáforas intensas. El amor en su poesía no es idealizado, sino presentado como algo doloroso, existencial y profundamente humano. Su estilo rompió con la poesía tradicional ecuatoriana, acercándolo a las vanguardias europeas y consolidándolo como un renovador del lenguaje poético.
Hugo Mayo es considerado un pionero del vanguardismo ecuatoriano. Aunque en vida fue poco reconocido, hoy es visto como una figura esencial en la modernización de la poesía latinoamericana.
Su obra sigue vigente porque expresa emociones universales como el amor, la soledad y la búsqueda de sentido en un mundo cambiante, conectando con lectores de todas las épocas.