(Perdíz silvestre)
#LosDeImaginariosValles
Esta es la casa; es nuestra. Esta es su música; las exigencias… De la vida pasaron por sus habitac… Quemante de sus fronteras; la locu… Una empresa más ancha que sus fuer…
Sí, Hoy me he puesto a encender el vie… El azar y los años Me han llevado a pisar en el sende… Que me ha impuesto el amor;
Mi amada es de mi tierra, de lo mí… De la materna arcilla que originó… La estrella de su nombre subió de… Donde los ríos brotan de antiguos… Su atuendo es de azahares.
El barco de papel en la laguna, como una estrella brilla, frágil,… girando sobre sí, rotando lentamen… sobre un agua de lluvia, a merced… bajo los temporales, inclinado hac…
Mis señales: la cáscara arrojada en el naranjal; una baraj… aparecida en la ventana, un cigarr… y al filo del amanecer; el relinch… al borde del maizal; algo que se p…
Vienes de afuera. Traes Vitales adherencias en la mirada c… Se te ve el regocijo. El júbilo t… Repites nombres, cosas. Y al punt… En ese espacio grave de distancia…
Siempre que alguien me visita (Viniendo de allá), miro sus huell… por si todavía chisporrotean, por… atravesó las fronteras, o la verja… inmovilidad; miro sus ojos
Al verla venir El cielo se abrió; Pregunté su nombre, Me dijo que no, Si donde vivía
¡Salto en alto! Transpiraciones celestes, Mágica irrupción, Rugidos. ¡Salto del tigre a la Luna!
Te escribiré mi amor, desde un son… de tierra apretujada, desde un hondón, de pie, desde un… confín de llamaradas, desde donde sus pétalos la Rosa
Elsa Mereles: algo De clavel conmovido apareció en mi… Y un claro rostro se dibujó en el… Pensé que todo transcurría en el s… En una imaginaria presencia del de…
Esta noche, en el sur, Me he mirado en tus ojos. Soy como tú, De piel morena, oscura, oscura, Con estrellas metidas por dentro
Eso somos: las flechas En un arco tendido, la despreciabl… Las leñas que han de arder en los… Del blanco en La Misión, los hijo… Del vasto infierno de los desierto…
El arco en desazón de tu cintura cimbreó su tallo en fresco movimie… como si todo el soplo de tu alient… no cupiese en la red de su envoltu… La quemazón del lecho y su blancur…
—Apacigua esos impulsos Que te encienden la mirada. Piensa que pueden matarte. ¡Ay, Juan Ramón, no te vayas! —Guarda esas súplicas tuyas,