En este soneto he buscado contrastar la vida moderna, caracterizada por la vorágine, el progreso incesante y el ruido abrumador, con la vida tradicional, marcada por la sencillez, el sosiego y la conexión con la naturaleza.
Mediante el uso de antítesis y contrastes, he intentado resaltar cómo la vida moderna ha ido ahogando y apartando al ser humano de esos modos de vida más arraigados y espirituales. La intención ha sido exaltar la añoranza por los "tiempos antiguos de antaño dichosos", en los que el espíritu podía encontrar mayor calma y conexión con la Madre Tierra.