En la esquina, sorbiendo café frío… estaba Homero, ciego y distraído, cuando Neruda entró con aire braví… “Dime, anciano, ¿qué es del verso… Homero, confuso, se rascó el pelo:
In trials and triumphs, let your p… Unhurried by the clamor, unfazed b… Through life’s labyrinthine paths,… Not swayed by the tempest’s roar,… When fortune’s gentle breeze fills…
Lo hemos visto tantas veces, en plazas, en cafés, en tardes gri… con el gesto afilado y la mirada cargada de sí misma. Es el poeta con pose de poeta,
El amor es un río que fluye sereno… serpenteando en el valle, eterno y… Como el viento que susurra entre l… despierta las hojas con tiernos de… Es un sol dorado al amanecer,
Se es todavía madre cuando te arrebatan a tus hijos, cuando cae el silencio sobre sus voces apagadas. Se es todavía madre
Nadas ganas con odiar, siendo tuya… un peso en el corazón, sombra que… ¿De qué sirve el rencor, la amarga… si al final, quien se consume, es… Como un fuego que se aviva con la…
Rebeldía es fijar la mirada en lo efímero, en lo diminuto, es buscar en su forma un absoluto que el mundo gris jamás alcanza. Mirar la rosa hasta que el destell…
I return to you your crumbs of lov… For I can no longer bear the pain Of holding onto something that’s n… My heart is heavy with this refrai… I gave my all, but it was not reci…
Ave que desafía la corriente, Vuelas sin temor, con brío potente… El viento te azota, mas no te rind… Tu amor es faro que tu alma encien… Con alas firmes, surcas los viento…
En la quietud de la noche, Cuando el mundo se adormece, Escucho el susurro del alma, Que con suavidad se ofrece. Es un canto sin palabras,
A veces, en la penumbra de la noch… Siente el cuello constreñido, Por manos de bronce atarazado, Que lo oprimen con fuerza inaudita… El peso de esas manos lo agobia,
En insomne noche, cuando pensaba en lo que tu silencio a mi alma in… vi que el dolor, cual sombra que s… y por tu amor callado se agravaba. Tu imagen en mi mente se quedaba,
En la cima del mundo, el orgullo s… con alas de bronce y mirada de fue… creyendo que todo le pertenece, ciegos al eco de su propio deseo. Se viste de gloria, reluce en la c…
En la ciudad de los vivos, Un cronista se paseaba, Con su pluma y sus motivos, A la Muerte nunca temía. “¡Oh, Huesuda!”, le decía,
Soy raíz que se hunde, que no teme la piedra ni el olvido… un pulso que golpea en la entraña del tiempo que no muere. Camino sobre sombras de gigantes,