Vamos donde va a estar la menuda poesía
Vamos, Bebelo, la senda es un canto,
el polvo del monte no pesa al andar.
Donde hay horizonte, no existe quebranto,
ni sombra que pueda la luz sepultar.
Vamos, que Zefa te espera en la tarde,
su risa es un río que vuelve a nacer.
La vida es un viento que siempre reparte
la flor y la espina, la fe y el querer.
Vamos, que el mundo es más grande que el miedo,
que el tiempo no es dueño de nuestra verdad.
Si un hombre camina, su paso es el credo
de aquello que nunca podrá doblegar.
Vamos, que el sol no conoce derrotas,
que el río regresa con cada estación.
La menuda poesía en el aire se nota,
flotando en los márgenes del corazón.
(Versión con un sentir más esperanzador, inspirada en Los Margebes de la Alegria de João Guimarães Rosa)
