Vuela, pensamiento, en alas doradas,
cruza montañas, ríos y valles,
lleva mis sueños, mis tierras ansiadas,
donde la patria en silencio se halle.
Susurra al viento canciones de antaño,
el eco dulce de un pueblo que llora,
recuerda el fuego que ardió en su rebaño,
el sol que alumbraba su antigua aurora.
Llévame lejos, al verde horizonte,
donde la tierra me llame al hogar,
donde el ciprés junto al viejo monte
guarde las huellas que quiero abrazar.
Oh, pensamiento, consuelo del alma,
muestra el camino hacia la esperanza,
pues aunque lejos, la patria me llama,
y en su latido mi fe descansa.