Dicen de ella que es viento errante,
que no sigue normas, que es desafiante.
Pero no entienden su alma clara,
ni el fuego que en su pecho canta.
Libre camina, libre decide,
sin miedo al juicio, sin que la obliguen.
No es de nadie, no se somete,
su voz es suya, su amor, su mente.
No es una flor para ser cortada,
ni un trofeo para ser mostrada.
Es un relámpago, una tormenta,
una raíz que no se doblega.
Fácil no es quien se pertenece,
quien rompe cadenas y se estremece.
Quien dice “no” sin titubear,
quien sabe bien cuánto vale amar.
No confundan fuerza con entrega,
ni libertad con una condena.
Porque una mujer libre elige su vuelo,
y no se rinde ante falsos dueños.