**Primera Décima:**
Allá en un palco de fuego,
mi pena baila descalza,
y en cada paso se realza
el dolor que en mí despliego.
Con cada giro me entrego
a la tristeza infinita,
que en su danza tan bendita
me envuelve en su cruel abrazo,
mientras el alma, despacio,
siente la llama que agita.
**Segunda Décima:**
En la hoguera de la vida,
mi pena baila y se quema,
y en cada vuelta se enreda
con la brisa desprendida.
El fuego, llama encendida,
ilumina mi tormento,
y en su cálido aliento
se consume mi esperanza,
mientras la pena avanza
en medio del sufrimiento.
**Tercera Décima:**
Las estrellas son testigos
de mi danza en el umbral,
donde el fuego es el portal
de mis sueños tan antiguos.
Mis pasos, lentos y amigos,
dibujan sombras de llanto,
y en el ardor, mi quebranto
se convierte en melodía,
que en su cruel fantasía
me envuelve en su manto santo.
**Cuarta Décima:**
El cielo, en su azul profundo,
mira mi pena danzante,
y en su mirada constante
veo reflejado mi mundo.
Cada estrella es un segundo
de esta danza interminable,
donde el dolor, implacable,
se funde con mi destino,
y en su ardor tan divino,
mi pena es inquebrantable.
**Quinta Décima:**
Allá en un palco de fuego,
baila mi pena descalza,
y aunque el dolor no se salda,
en su danza yo me entrego.
Los recuerdos se despliegan
como llamas en el viento,
y en su ardiente movimiento
se pierde mi desconsuelo,
mientras el alma, en su vuelo,
se eleva en su sufrimiento.