Son libres y con derechos las mujeres en su día?
Dime, hermano, dime, hermana,
¿es libre la mujer cuando calla su alma?
Cuando el miedo aún pisa sus huellas,
cuando el techo de vidrio aún la atrapa.
Dime, ¿son suyos los días y las calles,
las voces que gritan justicia y coraje?
¿O siguen pesando las sombras de siempre,
las manos que imponen, que hieren, que mienten?
Con derechos escritos, con leyes de tinta,
pero en la vida, ¿quién los garantiza?
Si aún hay cadenas, si aún hay heridas,
si el mismo trabajo no paga su vida.
Son libres, sí, cuando alzan el vuelo,
cuando rompen el miedo y llenan el cielo.
Cuando el mundo no dicta su paso,
ni marca su cuerpo con normas de antaño.
Serán libres el día en que el viento
no sople distinto en su nacimiento.
Cuando ser mujer no sea una lucha,
sino un canto de amor y de altura.
Y entonces sí, en su día y en todos,
serán libres y con derechos propios.
No como un regalo, no como un gesto,
sino como un hecho, como un universo.
