En el susurro del viento
se esconden secretos viejos,
ecos de sueños perdidos
que nunca encontraron dueño.
La luna, testigo callado,
ilumina almas errantes,
mientras el río murmura
canciones de tiempos distantes.
Siento el latido del mundo
en cada hoja que cae,
un ciclo eterno de vida
que en sus brazos me deshace.
El amanecer promete
un lienzo de esperanzas nuevas,
donde pintar con colores
las sombras que el alma lleva.