Sentada junto a la Luna, en un rincón de sosiego,
mi corazón se sumerge en historias de amor eterno.
Recuerdos de antaño se dibujan en la penumbra,
mientras la lejanía de ti me envuelve con su bruma.
En el firmamento, la luz y la sombra bailan al compás,
tejiendo en el tiempo y el espacio su danza fugaz.
La tempestad se desvanece en un suspiro de paz,
y las estrellas susurran versos de esperanza y solaz.
La aurora asoma tímidamente su rostro radiante,
despertando al mundo con su resplandor elegante.
La noche se desviste, cediendo paso al nuevo día,
mientras mi alma se empapa de la melancolía.
En la distancia, tu presencia se hace gala,
un eco que resuena en cada esquina y sala.
El olor a lluvia acaricia mi piel, nutriendo el sentir,
mientras mi corazón anhela tu abrazo por venir.
En esta serena velada, en el regazo lunar,
mi mente se llena de suspiros y anhelo sin cesar.
Presuroso busco en cada estrella tu nombre escrito,
anhelando que la noche se convierta en nuestro mito.
Sentada junto a la Luna, en su resplandor,
te espero con fervor, anhelando tu retorno, mi amor.
Que el tiempo sea cómplice de nuestro encuentro,
y que la distancia se desvanezca en un solo encuentro.
En este mágico espacio donde nuestros destinos se entrelazan,
te aguardo con el corazón lleno de esperanza.
Que la noche se vista de gala y las estrellas sean testigos,
de nuestro amor que trasciende los límites y abismos.
Sentada junto a la Luna, en su eterno abrazo,
siento tu esencia cerca, aunque estés lejos en el escaso.
en el aroma a lluvia y en la calma del viento,
nuestro amor perdura, en cada momento.
Que la tempestad se desvanecerá en la aurora,
y juntos navegaremos por la vida, sin demora.
Sentada junto a la Luna, en este rincón de paz,
nuestro amor
se hace eterno, sin final y en solaz.