**Sanidad del Espíritu en la Naturaleza**
En el susurro del bosque, mi espíritu encuentra
la calma perdida, la paz que se adentra.
En el murmullo de hojas y el canto del ave,
mi ser se renueva, mi alma se abre.
El río serpentea, con su voz serena,
llevando mis penas a tierras lejanas.
Su corriente constante, un himno de vida,
que cura las heridas, que el alma anida.
El cielo estrellado, vasto y profundo,
me recuerda mi lugar en este mundo.
Cada estrella, un faro en la oscuridad,
que guía mi espíritu hacia la claridad.
La tierra firme, bajo mis pies descalzos,
me ancla en el presente, me da su abrazo.
En su abrazo cálido, encuentro la fuerza,
para sanar mi espíritu, para hallar mi esencia.
El viento susurra secretos antiguos,
que calman mis miedos, que disipan los juicios.
En su brisa ligera, mi ser se libera,
y en su frescura, mi alma prospera.
El sol, al amanecer, un recordatorio,
de que cada día es un nuevo territorio.
Sus rayos dorados, un toque divino,
ilumina mi espíritu, marca mi camino.
En la naturaleza, encuentro la fuente,
sanidad profunda, de un amor latente.
Cada árbol, cada flor, un símbolo de paz,
que restaura mi espíritu, y hace capaz.
En el abrazo de este mundo natural,
mi espíritu se sana, se siente vital.
La naturaleza, con su sabiduría infinita,
me muestra el camino, a la vida invita
