Es el Cuerpo el que Siente
Si de pronto un día deja
de doler el corazón,
mas llega otra sensación
que a nuestro cuerpo aqueja.
La rodilla se queja,
la espalda pide clemencia,
duelen con insistencia
todas las articulaciones.
Cambian las aflicciones,
es del tiempo la sentencia.
Sentadas nos da sopor,
acostadas, el desvelo.
El cuerpo busca consuelo
en un vaivén de dolor.
La juventud, cual flor,
se marchita lentamente,
y aunque la mente intente
negarlo con gran tesón,
ya no es el corazón,
es el cuerpo el que lo siente.