Descansa en paz, oh alma errante,
Después de tu larga y ardua jornada.
Que la serenidad envuelva tu ser,
Y la quietud calme tu mirada cansada.
Hoy has llegado al final de tu camino,
Agotada por las pruebas que enfrentaste.
Dejaste atrás las cargas y los pesares,
Y ahora has encontrado el refugio que anhelaste.
Que el silencio de este sagrado recinto
Brinde alivio a tu cuerpo y a tu espíritu.
Que el descanso repare tus heridas,
Y te permita renovar tu fuerza y tu ímpetu.
Aquí, la ansiedad y el tormento se disipan,
Dando paso a la calma y la tranquilidad.
Aquí, podrás encontrar la paz que buscabas,
Y reencontrar tu perdida integridad.
Abandona, pues, las cargas del pasado,
Y sumérgete en este oasis de sosiego.
Deja que el sueño te lleve a un mundo mejor,
Donde encuentres el descanso que tanto anhelabas.
Que este lugar sagrado sea tu refugio,
Donde tu alma pueda finalmente reposar.
Que el consuelo y la gracia te acompañen,
Y te permitan volver a empezar.