Con firmeza en el camino
marco el paso en cada huella,
mi palabra es una estrella
que ilumina mi destino.
No cedo al torpe desatino,
mi voz es faro y bandera.
De la verdad mensajera,
mi verso brota sincero,
y en mi andar puro y entero,
la fe es mi única quimera.
El arte al cielo remonto,
mi pluma no tiene freno,
y en cada trazo sereno
la pasión dejo en el fondo.
Por el papel me desbondo,
mi voz resuena cercana,
pues del alma soy hermana
y en mi estilo hallo el fuego
que de mi pecho, sin ruego,
late firme y soberana.