Prueba y verás, en la paz del instante,
que en cada rincón Él te acompaña,
en el murmullo sutil de la mañana,
en la brisa que acaricia y es constante.
Su bondad es como río que florece,
agua viva que sacia y que renueva,
presencia eterna que siempre se eleva
y en lo pequeño, con amor, permanece.
Prueba y siente su abrazo en la fragancia,
en el silencio que calma el dolor,
en cada día que trae esperanza.
Que el corazón reconozca su favor,
pues su bondad a nuestra alma alcanza
con la infinita ternura de su amor.