Poesía Frontera del Arte
Entre sombras que yacen en la tierra salvaje,
la poesía es faro, baluarte del sentido.
Es un puente dorado que separa el linaje,
del bárbaro sin rumbo y el artista encendido.
El bárbaro desgaja lo que el arte construye,
su gesto es un desgarro, su instinto una tormenta.
El artista en su canto la armonía intuye,
y en su trazo sereno la belleza se cuenta.
La barbarie es silencio, caos que no comprende,
un grito que se ahoga en la boca del viento.
El arte, en cambio, eleva la forma que trasciende,
es un canto del alma, un eterno fundamento.
El bárbaro destruye, se consume en la llama,
su furor es un río que no sabe su curso.
El artista contempla la chispa que lo inflama,
y la vuelve un lucero en el cielo disperso.
Es la poesía espada que al bruto desarma,
y en su filo brillante brilla un mundo distinto.
Es el alma que brota, la razón que desarma,
la luz que en la materia va forjando su instinto.
Alli, donde el bárbaro la nada perpetúa,
el poeta da forma a lo que era una arista
La palabra sublime su universo insinúa:
es la línea que separa el bruto del artista.
