Perdido en tu niebla
Los sueños caen suaves,
como copos de nieve en la madrugada,
llegan, se posan, se disuelven,
y en el roce de un suspiro,
me encuentro atrapado en la bruma.
Ahí, entre sombras y luces,
las palabras son ecos que nunca se apagan,
las distancias se borran, los límites se quiebran,
y somos uno con el silencio,
un latido que resuena en lo eterno.
El tiempo es un río detenido,
que corre lento entre las horas cansadas,
pero yo sigo despierto,
atado a la claridad de tus ojos,
que en la penumbra, brillan como estrellas.
No sé si soy yo quien te sueña
o si eres tú quien me inventa,
pero en este rincón suspendido,
mi alma se aferra a tu sombra,
como el mar se abraza al horizonte.
Déjame perderme en tu niebla,
en este abrazo de versos que no cesa,
porque mientras estés en mi aliento,
seré un hombre despierto,
en la vasta y perpetua calma.
