Golpean la puerta sin ser invitados,
susurros oscuros que vienen y van,
sombras que gritan en medio del ruido,
ecos que insisten en hacerme dudar.
Son hojas secas sobre un torbellino,
giran y giran sin descansar,
dicen mi nombre con voz de neblina,
se clavan hondo, me hacen temblar.
Intento ignorarlos, cierro los ojos,
pero regresan como un huracán,
secuestro interno, nudos y enojos,
jaula invisible que no quiere aflojar.
Mas sé que existen solo en la mente,
no son verdades, no son real,
son nubes negras que pasan de frente,
pero la lluvia no dura al final.
Yo respiro, los dejo marcharse,
como las olas vuelven al mar,
los pensamientos, aunque me atrapen,
solo son viento, los dejo volar.