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ElidethAbreu

Oh nubes procelosas

 
 
Oh nubes procelosas que erráis por el abismo,
descalzas y sedientas de un aire que os redima,
desterradas del alba por el furor del sismo,
sois cálices oscuros donde el dolor se anima.
 
Erráticas danzáis en un silencio abyecto,
bordando en la penumbra suspiros que se extinguen,
como manos que tiemblan, sin rumbo ni proyecto,
vuestro luto sombrío los cielos grisácea ciñen.
 
Oh cíclope errabundo que en vuestro vientre mora,
dragón de tempestades, rugido de locura,
la bóveda nocturna en su esplendor implora
la fuga de su sombra, la muerte de su altura.
 
Fugaces y altaneras, cortáis con vuestras hebras
el ropaje estrellado que cubre al universo,
y en vuestra senda insomne, donde el relámpago enhebras,
habláis con voz de trueno, cantáis con eco adverso.
 
¿No sois vosotras mismas heraldas del destierro?
¿No os guía algún designio, secreto y soterrado?
Mas en vuestra tormenta se halla un fulgor sincero,
un canto que redime lo oscuro y lo olvidado.
 
Oh nubes, que os disolvéis en lágrimas salinas,
el suelo espera ansioso beber vuestra desdicha,
y en vuestro sacrificio, en torrentes divinas,
la vida se renueva, y el cosmos se encapricha.

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