Sé que la eternidad existe,
mi dulce amor, en tu mirada,
y que también un fin persiste
en este amor que nos embarga.
Pero el tiempo se hace escaso
y el reloj no deja de andar,
y aunque el amor sea voraz
el destino puede cambiar.
Por eso quiero aprovechar
cada instante que tenemos,
con toda el alma amar
hasta que el tiempo domemos.
Aunque llegue el fin algún día,
en mi corazón vivirás
porque tu amor y mi alegría
es nuestro eterno manantial.