Nocturno de pasión1
La luna desvelada navega en mi ventana,
su luz es un suspiro que besa la persiana.
Las sombras se deshojan en danzas misteriosas,
se quiebran en el aire como las mariposas.
La noche, en su delirio, me cubre con su manto,
y un río de silencios me ahoga con su canto.
Tu ausencia es un relámpago que quema mi sentido,
un viento de caricias que nunca se ha dormido.
Los astros, en el cielo, me miran con tristeza,
sus ojos centellean con húmeda tibieza.
Mi pecho es un abismo de llamas y de espuma,
mi alma, una barcaza que el tiempo desmenuza.
En sueños te convoco, desnuda y temblorosa,
tu aliento es un rocío de miel y de amapolas.
Mis labios, en la sombra, pronuncian tu apellido,
y el eco lo devuelve doliente y reprimido.
El alba se aproxima con púrpura encendida,
desgarra la penumbra, me roba la vigilia.
Mas dejo en este verso mi huella y mi tormento,
pues arde en mi garganta tu nombre y tu recuerdo.
