Manos Santas
Manos que en silencio tejen la vida,
con destreza y amor en cada gesto,
son pinceles de un arte siempre honesto,
dibujando en el aire su partida.
Manos que en la caricia dan guarida,
fuerza y ternura en su compás latente,
creando sueños de forma valiente,
cosechando en su labor esperanza,
en cada surco una nueva alianza,
manos que abrazan el mundo presente.
Manos de artesano, manos de madre,
que en el barro y el pan dejan su huella,
manos que alzan al sol su centella,
y en la noche, al niño, amor y padre.
Manos que escriben versos con alarde,
que en la piel dibujan mil historias,
tejiendo con hilos de memorias,
la trama de un destino compartido,
manos que al tocar tejen el sentido,
de un mundo de pequeñas victorias.
Manos del labriego, manos del sabio,
que cultivan la tierra y el saber,
en su trabajo, el alma de un querer,
que en cada gesto deja su resabio.
Manos que en el dolor son el alivio,
que en la enfermedad brindan consuelo,
manos que con fe elevan al cielo,
una plegaria, un ruego, una canción,
en cada arruga, una lección,
de un amor que en la vida es anhelo.
Manos que en el arte encuentran su voz,
y en la creación dejan su legado,
manos que al tocar dan lo sagrado,
un vínculo eterno entre tú y Dios.
Manos que en la lucha son feroz,
defendiendo la justicia y la paz,
manos que en la unión forjan la faz,
de un futuro de esperanza y verdad,
manos que en su labor dan bondad,
creando un mundo de amor y solaz.
