Manos callosadas por el tiempo,
Manos que han acariciado la vida,
Manos que han alzado los cielos,
Manos que han escrito el alma.
Ellas, manos verdaderas,
Tejen la trama del universo,
Esculpen la belleza del verso,
Pintan la emoción del recuerdo.
Son manos de raíces profundas,
Manos que han sentido el sufrimiento,
Manos que han secado las lágrimas,
Manos que han plantado el alimento.
Manos que entienden el lenguaje
Del corazón que late en silencio,
Manos que traducen el mensaje
Del susurro que nace del viento.
Por eso, solo verdaderas manos
Pueden escribir verdaderos poemas,
Pues en ellas late el eco sagrado
De aquello que el alma redime.