Antonio Machado pasea,
con sus versos de raíz,
por las tardes silenciosas
donde el alma se desvela
bajo el cielo de Sanluis.
Bécquer, con su mirada,
nos dejó rimas de amor,
entre arpegios y suspiros
sus leyendas se dibujan
en la bruma del ardor.
Cernuda dejó en el viento
su palabra hecha verdad,
con nostalgia y resistencia
pintó el aire de Sevilla
con su sueño de libertad.
Oh, poetas sevillanos,
de Triana y del Arenal,
vuestra voz nunca se apaga,
que Sevilla siempre canta
vuestro eco universal.