Con rayos purpurinos de luz sin par,
Tu amor irradia el alma con fervor.
Con luz, caudales de paz angelical,
Halos cegadores, un amor celestial.
Tu luz ilumina con fulgores nuevos,
Despierta el corazón, lo hace más tierno.
Con cada rayo, tu amor se desborda,
Sanando heridas, trayendo una aurora.
En tu presencia, el mundo se transforma,
Los sinsabores, la tristeza se esfuma.
Paz y dicha inundan cada momento,
Un paraíso creado por tu aliento.
Tu luz purpurina, un manto sagrado,
Envuelve el alma, la hace un ser alado.
Con cada latido, tu amor resuena,
Una sinfonía que el corazón enajena.