Tu imagen entrañable, siempre viva,
Inspiró estas melodias con fervor,
Tu cielo, un manto azul en mi deriva,
Tu tierra, un edén en mi interior.
Canté con la esperanza de tu amor,
Y el viento llevó mis versos hasta ti,
Susurraron secretos con ardor,
Pintando en tus sueños mi frágil lid.
Tu nombre, un eco dulce en el alma,
Un himno de libertad y anhelo,
Que alumbra mi camino cual gran llama,
Haciendo de mi espíritu un cielo.
Oh, amada mía, en ti encontré la palma,
Que guía mi destino hacia tu suelo.