Letras: Remansos de Paz
En el silencio de letras que se alzan,
un remanso de paz el alma encuentra,
las palabras, cual aves, van y encantan,
la mente se sosiega, dulcemente.
Se abren mundos, las ideas se expanden,
y el espíritu en calma se recrea,
las penas se disipan, se aquietan,
la lectura nos brinda su belleza,
un refugio seguro que completa,
la paz perpetua que el lector desea.
Las páginas, portales infinitos,
a universos nuevos nos conducen,
donde historias de ensueño, escritos,
la imaginación libre producen.
Con cada frase el alma se seduce,
y en la quietud, la mente se engrandece,
la lectura, un bálsamo que induce,
a la calma interior que nos pertenece,
un oasis de paz que nos conduce,
a la dicha profunda que florece.
Olvida el corazón sus sinsabores,
se alejan con la bruma los dolores,
al sumergirse en versos y autores,
que con su magia alivian los temores.
La lectura, un bálsamo certero,
que cura las heridas del pasado,
un remanso de paz, un faro eterno,
que ilumina el camino deseado,
un tesoro invaluable, sincero,
que nos llena de dicha y nos ha colmado.
En el ritmo pausado de la prosa,
o en la cadencia rítmica del verso,
la paz se instala, dulce y generosa,
inundando el espíritu con su verso.
Las letras, como gotas de rocío,
refrescan el alma sedienta de calma,
y en ese encuentro mágico, yo ansío,
encontrar la serenidad que me inflama,
la lectura, un regalo, yo lo envío,
que la paz perpetua nos reclama.
Que nunca nos falte este consuelo,
que la lectura siempre nos acompañe,
en este viaje terrenal, su vuelo,
nos eleve a la cima donde nadie,
pueda perturbar nuestra armonía,
ni quebrar la paz que nos cobija,
la lectura, esa llama que irradia,
la luz del conocimiento que nos fija,
en el centro del alma, cada día,
la paz que nos libera y nos redime.
